y, cuando se abre de par en par la puerta del templo de San Miguel para que nuestra Madre la Virgen del Carmen salga a pasear con su pueblo se dibuja en mi interior una preciosa escena que alguien me ha puesto dentro. La Madre, Virgen del Monte Carmelo, mira al Sagrario lugar donde está su Hijo que mirándola con amor le susurra: Madre, no tardes que no te has ido y ya te echo de menos mas no tengas prisa Madre porque te espera con alegre impaciencia el pueblo que quiere pasear contigo por las calles y traerte de regreso al convento; yo estaré aquí esperándote para recibirte cuando atravieses de nuevo las puertas de este templo y te recibiré con ese nuevo vestido recién tejido en el trayecto con encajes de peticiones, de agradecimiento, de alegrias , llantos y rezos. Tú Madre, me traes ese vestido que yo lo acepto y acojo con ternura todo lo que en él ha bordado mi pueblo.
y, cuando se abre de par en par la puerta del templo de San Miguel para que nuestra Madre la Virgen del Carmen salga a pasear con su pueblo se dibuja en mi interior una preciosa escena que alguien me ha puesto dentro. La Madre, Virgen del Monte Carmelo, mira al Sagrario lugar donde está su Hijo que mirándola con amor le susurra: Madre, no tardes que no te has ido y ya te echo de menos mas no tengas prisa Madre porque te espera con alegre impaciencia el pueblo que quiere pasear contigo por las calles y traerte de regreso al convento; yo estaré aquí esperándote para recibirte cuando atravieses de nuevo las puertas de este templo y te recibiré con ese nuevo vestido recién tejido en el trayecto con encajes de peticiones, de agradecimiento, de alegrias , llantos y rezos. Tú Madre, me traes ese vestido que yo lo acepto y acojo con ternura todo lo que en él ha bordado mi pueblo.