GUADALAJARA (CASTILLO DE MOLINA DE ARAGÓN)

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  • Опубліковано 25 січ 2025
  • Guadalajara es tierra de castillos. En esta provincia podemos encontrar un gran número de castillos, fortalezas, fortificaciones y torres, testigos de importantes acontecimientos de la Historia. Algunas de estas fortalezas se conservan admirablemente, en cambio existen otras que se encuentran en ruinas de diferente valor, pero siempre inmersas en un gran romanticismo.
    Vamos a realizar una ruta por estas tierras alcarreñas para descubrir la belleza y la historia de sus castillos, esas potentes fortalezas que recuerdan el territorio fronterizo entre la civilización cristiana y la musulmana de Al-Andalus en la Edad Media. Comenzaremos la ruta con el castillo de Molina de Aragón.
    La villa de Molina de Aragón se sitúa en el extremo oriental de la provincia de Guadalajara, a unos 140 km de la capital y prácticamente lindante con los territorios aragoneses de Zaragoza y Teruel. Asentada en la falda del monte que se eleva por encima de la población se encuentra el castillo de Molina de Aragón, también llamada fortaleza de Molina de los Caballeros. A pocos metros del castillo, coronando el cerro a altura superior, se sitúa una segunda fortificación, popularmente conocida como la Torre de Aragón.
    Pese a tratarse de un territorio bastante yermo, como podemos comprobar en el paisaje, su estratégica posición dominando el valle del río Gallo y ejerciendo de atalaya natural entre los fronterizos territorios castellanos y aragoneses, motivó que, una vez desgajado el Califato de Córdoba, una serie de reyezuelos establecieran su pequeña corte taifa en estas tierras de Molina, levantando entre los siglos X y XI una primera fortaleza sobre los restos de un castro celtíbero. En 1129, el monarca aragonés Alfonso I el Batallador reconquistó la actual Molina, cediéndola en Señorío a la influyente casa castellana de Lara. La fortaleza fue reconstruida en el siglo XII por Manrique de Lara, primer señor de Molina, si bien doña Blanca, la quinta señora de Lara, acabó dándole el tamaño y el aspecto actual.
    Observamos en las imágenes la llamada Torre de Aragón, erigida sobre los restos de un castro celtíbero, una torre vigía de origen musulmán y planta pentagonal rodeada por un potente cerco amurallado y almenado considerablemente reformado. La torre, construida con materiales y aparejos similares a los del castillo, fue concebida en tres pisos, rematándose en su parte superior por un aterrazamiento también almenado.
    En un plano inferior a la torre nos encontramos el castillo y su recinto amurallado. El recinto exterior o albacara, popularmente conocido como “el cinto”, presenta una planta irregular. Las murallas, erigidas a base de sillares de arenisca rojiza, mampuesto y ladrillo, quedaban rodeadas en origen por un foso y un puente levadizo. Se conservan en su interior restos de equipamientos de todo un barrio, restos de una primitiva torre musulmana, algún aljibe, los restos de la iglesia románica de Santa María del Collado y una sima natural llamada Cueva de la Mora..
    El recinto interior o alcazaba se acomoda en el ángulo nororiental del cinto o albacara, presentando una planta trapezoidal definida por potentes muros almenados y torreones defensivos comunicados todos entre sí mediante un adarve o camino de ronda aún practicable. Posee actualmente cuatro torres en buen estado, siendo conocida la situada al norte como Torre de los Caballeros o Torre Cubierta, este último apelativo referido a su peculiar cierre a dos aguas que sustituyó a sus almenas originales. En el patio de armas, con su correspondiente aljibe, se acomodarían en el costado norte las estancias principales y residenciales, mientras que al sur se habilitaban las cuadras y caballerizas.
    A los pies del castillo se encuentra la ciudad de Molina de Aragón, con sus 3.233 habitantes (2020). La historia de esta localidad va de la mano de los sucesos acontecidos en torno a su castillo, a partir del cual y gracias a la protección que ejercía, surgió y se desarrolló la villa molinesa.
    Molina de Aragón constituye un conjunto histórico de indudable valor artístico y monumental, con una encantadora estampa de su casco urbano, cuajado de monumentos religiosos y civiles. Aún conserva su judería y un barrio de la morería, un puente románico y numerosas casas-palacio, reflejo del esplendor que alcanzó como capital del señorío independiente de Molina.
    (Nota: Algunas imágenes y vídeos han podido ser cedidos por amigos y colaboradores de canal).

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