Yerbecita de la montaña azul que aromabas la puerta de mi hogar ya se fué, quien te pisaba qué hacés que no te secás! Se oyen las flautas entristecidas en los trigales Gimen las brisas de Abril en los gramales, porque los ojos de la linda espigadora presto se llevaron la alegría de la siembra y se la llevaron para nunca más volver! Ay, para no volver! Ay, si, para no volver! Pero el cielo con su palio de luceros resplandecientes dice que el alma de la zagala vive con los
Como payanesa que vive lejos de su terruño siento una emoción inmensa al escuchar las notas de "El sotareño".
👏👏👏👏👏
Yerbecita de la montaña azul
que aromabas la puerta de mi hogar
ya se fué, quien te pisaba
qué hacés que no te secás!
Se oyen las flautas entristecidas en los trigales
Gimen las brisas de Abril en los gramales,
porque los ojos de la linda espigadora
presto se llevaron la alegría de la siembra
y se la llevaron para nunca más volver!
Ay, para no volver!
Ay, si, para no volver!
Pero el cielo con su palio de luceros resplandecientes
dice que el alma de la zagala vive con los
Autor del Sotareño el abogado y poeta Francisco Eduardo Diago