Jeremías, fiel transmisor de la palabra de Dios. Libro de Jeremías. Episodio 13

(Jer 36.2) “Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado... desde los días de Josías hasta hoy.”
Pasaje bíblico: Jeremías 36.1-8,20-23
Los profetas eran mensajeros que comunicaban al pueblo de Israel la palabra y la voluntad santa que recibían de Dios por inspiración del Espíritu Santo. El mensaje que transmitían contenía promesas de bendiciones temporales y eternas para todos aquellos que las recibían con entendimiento, fe y esperanza; pero, en otras muchas ocasiones, sus mensajes eran de amonestación y de reprensión para cuantos se alejaban de la senda recta de Dios desobedeciendo sus santos mandamientos. Este doble objetivo de la predicación, dar esperanza o reprender, hizo que no siempre fuera fácil transmitir el mensaje de Dios, sobre todo por lo segundo, porque la esperanza siempre es bien recibida pero la reprensión nunca. De todo lo dicho se desprende que el profeta de Dios debía ser un fiel transmisor de la palabra de Dios, de todo cuánto ella dijera, aunque esto tuviera consecuencias negativas para el mensajero. Jeremías es un ejemplo de profeta fiel en la transmisión de la palabra de Dios y la Biblia nos muestra que esto le acarreó consecuencias negativas por parte del pueblo de Judá. Le calumniaron, le persiguieron, le golpearon, le encarcelaron, le quisieron matar... Por tanto, hablemos sobre cómo...