22 Julio 2024-María Magdalena-Ciclo B-Jn 20, 1-3. 11-18-Gallina culeca de Dios.

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  • Опубліковано 10 вер 2024
  • EVANGELIO DE LA FIESTA DE SANTA MARÍA MAGDALENA, 22 DE JULIO 2024-CICLO B: Jn 20, 1-3. 11-18: «GALLINA CULECA DE DIOS». Nos toca ser gallinas culecas, perdón por la expresión. Es la imagen que me vino al leer este Evangelio. Las gallinas de corral al momento de poner el huevo enseguida lo hacen saber con su cacareo. Dice el Evangelio que era el primer día después del sábado y estaba todavía oscuro. María Magdalena fue al sepulcro.
    TANTA SU PRISA COMO TANTO SU AMOR. María era una mujer que le debía mucho a Jesús, porque fue rescatada por Él. Jesús le trajo la vida y la luz a su vida. Y María se encendió de gratitud por su Maestro, se dedicó a ayudarle y se entregó de tal manera que, en el momento que Jesús murió, vio que se le acababa el mundo. Teniendo una deuda de gratitud con Jesús, de madrugada el primer día se marchó, aunque en su alma había una cierta oscuridad. Pero con un gran amor iba de prisa para encontrarse con el Amado, y no se imaginaba que el Amado le estaba esperando. Así es Jesus: siempre nos tiene sorpresas. Este Evangelio nos enseña también a dejarle a Dios la vida de cada uno de nosotros. Nos toca simplemente abrir nuestro corazón.
    SIN CRISTO LA VIDA ES OSCURIDAD: Ésta es la segunda lección de este Evangelio. Se puede estar con Cristo y no aprovecharlo. Sin Cristo la vida de María Magdalena era una cierta oscuridad. Llegó el momento en que María estaba enfrente de Jesús, pero sólo veía en Él a un hortelano. Era tanto el dolor por la pérdida de su Jesús, que el corazón de María Magdalena estaba ofuscado. Aquella amargura de María le empobrecía su corazón para ver. Podemos, como María, estar enfrente de Jesús, y nuestra vida ser un llanto, ofuscados y preocupados de muchas cosas, por las cuales no vemos a Jesús. Y nuestro llanto y oscuridad podría ser por largos espacios de nuestra vida, o por más cortos, como lo fue para María, que reconoció a Jesús enseguida, apenas se sintió llamada por su nombre. Aquellas palabras de Jesús encendieron el corazón de María, como muchas veces también en nuestro interior Jesús pronuncia nuestro nombre y nos saca de ese mar de oscuridad en el que nos encontramos. María abrió su corazón.
    SER GALLINA CULECA. Nos toca como María dejarnos conquistar por Jesús y convertirnos en "gallinas culecas". Y es que el corazón enardecido por la experiencia de Jesús no aguanta: siempre habla de las cosas que experimentó. María nos da ejemplo de no quedarse callada y fue pronta y rápida a decir a los discípulos que había visto al Señor. Nosotros también podemos y debemos ir de casa en casa, de boca en boca, de familia en familia, con nuestra propia familia, con nuestros hijos, a cada uno debemos decir que hemos visto al Señor, que hemos hecho la experiencia de Él, que es Él quien sana y que el llanto debe desaparecer de nuestras vidas... y también por supuesto la oscuridad. Si oscuramente, con llanto arrastras tu vida, es el momento que despiertes a la luz que te trae el Señor. Y después lleves la luz a otros, para hacer un mundo mejor, con mayor luz, desapareciendo las tinieblas. ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.

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