Dry River - Calles Inundadas

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  • Опубліковано 7 вер 2024
  • Dry River - Calles Inundadas
    Parte 1: La lluvia
    El tiempo se esconde,
    el cielo cambia de color,
    se abre una grieta a nuestros pies,
    prohibido decir adiós
    El silencio se rompe,
    a las ocho tocan a ovación
    El camino empieza, pero no se ve el final,
    nos ciega el eclipse de sol.
    Comienza la lluvia y yo me asomo al mirador,
    calles inundadas de dolor.
    Ya llegan las nubes y hace un frío aterrador.
    No hay canción en el mirador,
    no hay canción para ningún dios.
    Parte 2: El refugio
    Versos de viejas canciones
    resucitan un viejo valor,
    todo comienza con un giro de guion
    y pierden la inercia los pies
    y el tiempo adelanta.
    Guerrillas en los balcones,
    sin sonrisas no hay munición.
    Hay quien se aferra a los dientes del dragón
    y afuera hoy ha vuelto a llover
    y abril se despide sin besos.
    Se aleja la lluvia y yo me asomo al mirador,
    calles inundadas de dolor.
    Ya se van las nubes, pero el frío se quedó
    Parte 3: La rabia

    Parte 4: Anhelo
    Hay ganas de caminar
    Recorrer tierras sin conquistar
    Inventar mapas de campos de azahar.
    Se aleja la lluvia y yo me asomo al mirador,
    calles inundadas de dolor.
    Ya se van las nubes, pero el frío se quedó.
    No hay canción en el mirador,
    no hay canción para ningún dios.
    Parte 5: Ya no llueve
    No hay canción y el mundo se estremece, enmudece.
    ¡Cómo duele el «sinsonido» de las notas aplazadas
    y los cantos sin destino!
    Y pierde el tiempo el tiempo en un segundo que es eterno.
    Pierde la memoria de lo que, siendo, jamás será,
    pues es perdido tiempo.
    No hay canción y sin canción estoy perdido,
    Sin un rumbo que seguir el alma encalla
    en los charcos del camino.
    Pero ya no llueve, y vuelve la pasión por contar lo vivido,
    Una luz que cicatriza en el alma del herido,
    un susurro de esperanza, un acorde decidido.
    El tiempo nace y, al nacer, nació ya renacido,
    conjugando todos los verbos
    sin perderse en un presente que carece de sentido.
    No hay canción para los dioses, aunque ofenda al ofendido,
    Pues el canto es sanador y los dioses… siempre vengativos.
    Ya es momento de volar, salir, correr, buscar, andar, tocar, coger…
    saltar de ese segundo incierto,
    calculado para no ser otra cosa más que eterno.
    Es momento de reencuentro,
    de aplaudir agradecidos,
    de volver a honrar al tiempo
    y cantarle a los caídos.

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