Técnica de fundición en bronce a la cera perdida
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- Опубліковано 27 лис 2024
- Fundición artística Díaz Benitez, en la Casa Cortijo El Juradillo, de Salteras (Sevilla). El proceso de la fundición en bronce a la cera perdida parte de un modelo, generalmente de barro, del que se obtiene un molde en silicona.
A continuación el molde pasa a la sección de cera donde un compuesto a base de cera y pigmentos rojos será fundido al calor de un infiernillo. Alcanzado el punto, se aplica en finas capas al molde.
Tras unir ambas partes se completa el relleno. Dándole acto seguido un volteo para distribuir la cera uniformemente por la superficie. El resultado es una reproducción exacta del modelo con delgadas paredes, en este caso, una jarra tartésica. Sólo queda el repaso de las juntas y el retoque de algún detalle
Seguidamente, también con cera, se prepara el arbol de fundición, consistente en un tronco hueco del que se separan las ramas que soportan cada pieza. Éstas ramas, también huecas, canalizaran la cera y gases de fundición hacia el exterior para recibir posteriormente el bronce fundido.
Finalizado el árbol, se protegerá con un cilindro de acero que se rellena con un mortero de yeso hasta cubrir las piezas. Posteriormente será sometido a la acción del horno al objeto de disipar los restos de cera.
Enfriado el horno, las piezas estarán dispuestas para la fase de relleno de colada de bronce.
Los cilindros volverán a su posición normal para ser enterrados en una zanja de arena bien compactada al objeto que ésta haga de dique de contención y aislante térmico a la hora de verter el metal fundido.
Mientras, en la estufa, el crisol funde los lingotes de bronce hasta alcanzar el punto justo.
La extracción del crisol de la estufa con el bronce líquido es el momento crítico.
Poco a poco el maestro fundidor rellena cada molde.
Tras su enfriamiento, los cilindros se despojan del yeso calcinado para ir alumbrado las figuras de su interior.
Finalmente las piezas son repasadas con las herramientas apropiadas.
Se acaba con la pátina, una especie de firma personal de cada taller.
Con este procedimiento a la cera perdida podemos apreciar el verdadero valor de la escultura en bronce, pues no sólo depende del artista creador si no de una compleja técnica que se remonta al tercer milenio.
[Programa Luces y Sombras II 5, 28 de octubre de 2000. Canal 2 Andalucía]
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28/10/2000