¿QUÉ ES LO QUE SUCEDE CON LOS QUE RECIBEN A JESÚS? - BUSCANDO EL ROSTRO DE JESUS (editado)
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- Опубліковано 8 жов 2024
- ¿QUÉ ES LO QUE SUCEDE CON LOS QUE RECIBEN A JESÚS?
BUSCANDO EL ROSTRO DE JESUS
DEVOCIONAL DIARIO
06 junio 2024
¿Sabías que recibir a Jesús en tu vida es el inicio de una transformación profunda y radical? Este no es solo un cambio superficial; es una transformación que afecta cada aspecto de tu ser, desde tu identidad hasta tu propósito y destino eterno. A menudo, pensamos en la fe como algo abstracto, pero las Escrituras nos muestran que aceptar a Jesús trae consigo una serie de cambios tangibles y poderosos.
El Evangelio de Juan nos dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13). Este versículo encapsula una verdad fundamental: recibir a Jesús significa convertirse en un hijo de Dios. Pero, ¿qué implica realmente esta nueva identidad? ¿Qué sucede con aquellos que reciben a Jesús?
Para explorar esta pregunta, vamos a adentrarnos en varios pasajes bíblicos que describen la magnitud de la transformación que experimentan aquellos que aceptan a Cristo como su Salvador y Señor.
EL NUEVO NACIMIENTO Y LA NUEVA IDENTIDAD
En el capítulo 3 del Evangelio de Juan, encontramos la conversación entre Jesús y Nicodemo, un líder religioso que se acercó a Jesús de noche buscando respuestas. Jesús le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Nicodemo, confundido, pregunta cómo puede un hombre nacer de nuevo siendo viejo. Jesús responde: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Juan 3:5-6).
Este diálogo nos revela que recibir a Jesús no es solo una decisión intelectual o moral; es un nuevo nacimiento espiritual. Este nuevo nacimiento es obra del Espíritu Santo, quien nos regenera y nos da una nueva naturaleza.
Ezequiel también profetiza acerca de esta transformación espiritual: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36:25-27).
Esta promesa de un nuevo corazón y un nuevo espíritu es una maravillosa imagen de la transformación que ocurre cuando recibimos a Jesús. No solo somos perdonados y limpiados de nuestros pecados, sino que también recibimos una nueva naturaleza que nos capacita para vivir conforme a la voluntad de Dios.
La transformación que experimentamos al recibir a Jesús es una obra maravillosa y continua del Espíritu Santo en nuestras vidas. Al convertirnos en hijos de Dios, no solo obtenemos una nueva identidad, sino también un propósito renovado y una esperanza eterna. Esta transformación es tanto un privilegio como una responsabilidad, llamándonos a vivir de manera que refleje la gloria de Dios en todo lo que hacemos.
2 Corintios 5:17 nos recuerda: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Que este versículo sea una guía y un recordatorio constante de la obra redentora y transformadora de Jesús en nuestras vidas. Vivamos cada día en la plenitud de nuestra nueva identidad, permitiendo que el Espíritu Santo continúe su obra de transformación en nosotros.
Para ser hijo de Dios hay q nacer del espíritu , y permitir ser transformados por el Espíritu Santo