Mi abuelo fué cambullonero, él era de Gáldar de los Tacoronte. Y se vino muy jovencito a vivir a las Alcaravaneras. Por lo que me contaba mi madre, hoy en día con ochenta y seis años. Me decía que era un hombre fuerte, robusto y gracias al trabajo de cambullonero en esa época tan dura de Franco, la guerra civil. No pasaron hambre, gracias a los buques conseguía comida, medicina, hasta incluso telas muy bonitas. Mi abuela cocía y le hacía los vestidos a sus hijas, que eran ocho. Era un trabajo duro, pero precioso. Es una pena que en el muelle no hagan una estatua de un hombre barquero. Para recordar la vida que hubo en el muelle del Puerto de la Luz. No olvidemos nunca nuestras raíces y siempre con muchísimo orgullo.
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Mi abuelo fué cambullonero, él era de Gáldar de los Tacoronte.
Y se vino muy jovencito a vivir a las Alcaravaneras.
Por lo que me contaba mi madre, hoy en día con ochenta y seis años.
Me decía que era un hombre fuerte, robusto y gracias al trabajo de cambullonero en esa época tan dura de Franco, la guerra civil.
No pasaron hambre, gracias a los buques conseguía comida, medicina, hasta incluso telas muy bonitas.
Mi abuela cocía y le hacía los vestidos a sus hijas, que eran ocho.
Era un trabajo duro, pero precioso.
Es una pena que en el muelle no hagan una estatua de un hombre barquero.
Para recordar la vida que hubo en el muelle del Puerto de la Luz.
No olvidemos nunca nuestras raíces y siempre con muchísimo orgullo.
Ojalá se volviera a expedir el Carné Negro de Cambullonero.