Mi hija de 2 años y medio nunca a querido dormir, jamás. Se intentó todo, que se salte la siesta, acostarla más temprano, más tarde...no se ya que más. Ahora que empieza a expresarse a veces lo dice claramente: "quiero jugar todo el rato, no quiero dormir". Aún cuando da claras señas de tener sueño, rascarse los ojos, bostezar...
¡Hola! Primero de todo, trata de averiguar la emoción que se esconde detrás de ese 'no me quiero ir a la cama' o 'no quiero dormir solo'. Si es que siente miedo a la oscuridad, si necesita pasar más tiempo contigo, si se siente inseguro por la separación que supone quedarse solo en la habitación. Las emociones hay que validarlas siempre, más aún cuando implican una respuesta como es el caso de negarse a ir a la cama. Piénsalo de esta forma, tu hijo no elige ponerse nervioso cuando llega la hora de irse a dormir, simplemente lo siente y no sabe cómo, no cuenta ni con recursos ni con herramientas, gestionarlo para sentirse tranquilo. Por eso es que muchas veces se muestran irritables, frustrados e incluso rabiosos. La dificultad emocional que se esconde tras el hecho de que no quiera dormir solo en su cuarto o irse a la cama muchas veces supone todo un reto para los padres y los hijos: pasan de estar activos, jugando, hablando, a estar en la cama a oscuras sin apenas moverse. Y es que, aunque compartan habitación con otros hermanos, para algunos niños, da igual la edad que tengan, el que llegue la hora de irse a dormir es todo un reto. ¿Qué podemos hacer para que se sientan seguros? Los siguientes consejos te ayudarán a lograr que tu hijo se vaya a la cama con una sonrisa en el rostro y que aprenda, poco a poco, a dormir solo en su cama. 1. Acuéstale a una hora temprana acorde a su edad Muchos padres retrasan el momento de llevar a los niños a dormir porque piensan que al estar más cansados se dormirán antes. Todo lo contrario, si se les pasa la hora de acostarse se activarán y se mostrarán mucho más nerviosos. Adecua la hora a la que tu niño se tiene que ir a dormir según su edad y el número de horas que necesite de descanso. 2. Procura que las actividades de antes de irse a dormir sean tranquilas y lo más relajadas posibles Pasar de estar saltando y corriendo a quedarse quietos para coger el sueño es algo que a cualquiera le costaría un mundo. Por eso, adoptar rutinas como ducharles a la misma hora, tomar una cena ligera y leerles el cuento de buenas noches (un relato corto y relajante que precisamente puede hablar de cómo afrontan otros niños la hora de irse a la cama) pueden hacerles tanto bien. Bajar la intensidad gradualmente les beneficiará. 3. Habla en positivo de la escuela Muchos niños y niñas se sienten reacios a irse a la cama porque saben que al día siguiente se tienen que despertar temprano para ir a la escuela. Además de crear una rutina para ellos, habla en positivo de la escuela y comenta algunas de las cosas buenas que van a estar ahí esperando a la mañana siguiente: jugar con los amigos a la hora del recreo, aprender cosas nuevas, la rica comida que tomarán en el comedor escolar. 4. No le metas prisa para que se acuesten Si tu hijo siente que tú tienes ganas de que se vaya a dormir cuanto antes, experimentara aún más esa sensación de abandono e inseguridad. En su lugar, aprovecha para decirle lo mucho que le quieres, lo orgulloso que te sientes de él y lo agradecida que estás por el mero hecho de que sea tu hijo. Es una de las mejores conversaciones que podéis tener antes de que se acueste. 5. Utiliza palabras acordes a la edad de tu hijo La explicación y los argumentos que le darás a tu hijo no serán los mismos si tiene 3 años como si ya ha cumplido los 10. Si tu niño tiene una corta edad puedes llamar al 'hada de las buenas noches' que nos invita a relajarnos, dejar las manos de jugar para el día siguiente y a sentir el calor de nuestra acogedora cama. Para los niños algo más mayores podemos utilizar razonamientos como: 'mañana tenemos muchas cosas que hacer así que ahora toca descansar', 'mamá y papá que te quieren mucho también se van a la cama temprano, ¿necesitas algo?' 6. Organiza la tarde Otra cosa que funciona muy bien es aprovechar un momento distendido, la hora de la merienda, por ejemplo, para comentar qué solución podemos buscar para organizar las tareas de la tarde y que cuando llegue la hora de dormir no haya prisas que valgan.
No encuentro la forma de bajarle el ritmo, mi hija es DEMASIADO ACTIVA tiene una resistencia ya no de 10 sino más, hay veces que yo me duermo agotada antes que ella. Nunca ha dormido temprano y si toma una siesta es peor.
¡Hola! Canalizar la energía de un niño puede ser difícil, pero no es imposible. Lo primero que hay que hacer es tener paciencia. Después será importante encontrar actividades que les motiven y les permitan liberar las tensiones. Cuando el niño no para quieto un segundo, le cuesta estar sentado y necesita liberar energía, el mejor modo de ayudarle es apuntándole a una actividad extraescolar que tenga que ver con el deporte: fútbol, balonmano, baloncesto, natación… Todo tipo de actividades en la que el niño pueda moverse de manera adecuada y sin molestar a nadie. Además, se puede canalizar la energía de los niños de las siguientes maneras: - Ir al parque antes de llegar a casa. Este espacio permite que el niño pueda correr, saltar y jugar a su antojo durante un tiempo. Esto hará que pueda desfogarse. - Hacer yoga puede ayudar de forma positiva al niño a controlar su conducta. El yoga le brinda tranquilidad y armonía a su cuerpo. - Bailar. Le ayuda a controlar su motricidad. Armoniza sus movimientos y le ayuda a mejorar su comportamiento a nivel social. - Hacer teatro. Esta actividad implica múltiples beneficios. Le ayuda a memorizar, se trabaja la vergüenza, a manejar los pensamientos y a estar concentrados en los que se hace. - Tareas de casa. Pequeñas tareas como poner la mensa, ayudar a recoger, ayudan al niño a liberar energías. - Juegos. Usar diferentes juegos que implique la psicomotricidad que les permita moverse de forma adecuada y controlada. Por ejemplo, andar despacio, 'hacer la croqueta', saltar, etc. Te dejamos un artículo que creemos que podría interesarle: www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/la_hiperactividad.htm
Muy buenos consejos. Gracias!!
Gracias por pasar por el canal 🤗
Excelente explicación!! Eh de aplicar al menos uno de todos los tips ♡ gracias!
¡Muchas gracias!
Mi hija de 2 años y medio nunca a querido dormir, jamás. Se intentó todo, que se salte la siesta, acostarla más temprano, más tarde...no se ya que más. Ahora que empieza a expresarse a veces lo dice claramente: "quiero jugar todo el rato, no quiero dormir". Aún cuando da claras señas de tener sueño, rascarse los ojos, bostezar...
¡Hola! Primero de todo, trata de averiguar la emoción que se esconde detrás de ese 'no me quiero ir a la cama' o 'no quiero dormir solo'. Si es que siente miedo a la oscuridad, si necesita pasar más tiempo contigo, si se siente inseguro por la separación que supone quedarse solo en la habitación. Las emociones hay que validarlas siempre, más aún cuando implican una respuesta como es el caso de negarse a ir a la cama.
Piénsalo de esta forma, tu hijo no elige ponerse nervioso cuando llega la hora de irse a dormir, simplemente lo siente y no sabe cómo, no cuenta ni con recursos ni con herramientas, gestionarlo para sentirse tranquilo. Por eso es que muchas veces se muestran irritables, frustrados e incluso rabiosos.
La dificultad emocional que se esconde tras el hecho de que no quiera dormir solo en su cuarto o irse a la cama muchas veces supone todo un reto para los padres y los hijos: pasan de estar activos, jugando, hablando, a estar en la cama a oscuras sin apenas moverse. Y es que, aunque compartan habitación con otros hermanos, para algunos niños, da igual la edad que tengan, el que llegue la hora de irse a dormir es todo un reto. ¿Qué podemos hacer para que se sientan seguros?
Los siguientes consejos te ayudarán a lograr que tu hijo se vaya a la cama con una sonrisa en el rostro y que aprenda, poco a poco, a dormir solo en su cama.
1. Acuéstale a una hora temprana acorde a su edad
Muchos padres retrasan el momento de llevar a los niños a dormir porque piensan que al estar más cansados se dormirán antes. Todo lo contrario, si se les pasa la hora de acostarse se activarán y se mostrarán mucho más nerviosos. Adecua la hora a la que tu niño se tiene que ir a dormir según su edad y el número de horas que necesite de descanso.
2. Procura que las actividades de antes de irse a dormir sean tranquilas y lo más relajadas posibles
Pasar de estar saltando y corriendo a quedarse quietos para coger el sueño es algo que a cualquiera le costaría un mundo. Por eso, adoptar rutinas como ducharles a la misma hora, tomar una cena ligera y leerles el cuento de buenas noches (un relato corto y relajante que precisamente puede hablar de cómo afrontan otros niños la hora de irse a la cama) pueden hacerles tanto bien. Bajar la intensidad gradualmente les beneficiará.
3. Habla en positivo de la escuela
Muchos niños y niñas se sienten reacios a irse a la cama porque saben que al día siguiente se tienen que despertar temprano para ir a la escuela. Además de crear una rutina para ellos, habla en positivo de la escuela y comenta algunas de las cosas buenas que van a estar ahí esperando a la mañana siguiente: jugar con los amigos a la hora del recreo, aprender cosas nuevas, la rica comida que tomarán en el comedor escolar.
4. No le metas prisa para que se acuesten
Si tu hijo siente que tú tienes ganas de que se vaya a dormir cuanto antes, experimentara aún más esa sensación de abandono e inseguridad. En su lugar, aprovecha para decirle lo mucho que le quieres, lo orgulloso que te sientes de él y lo agradecida que estás por el mero hecho de que sea tu hijo. Es una de las mejores conversaciones que podéis tener antes de que se acueste.
5. Utiliza palabras acordes a la edad de tu hijo
La explicación y los argumentos que le darás a tu hijo no serán los mismos si tiene 3 años como si ya ha cumplido los 10. Si tu niño tiene una corta edad puedes llamar al 'hada de las buenas noches' que nos invita a relajarnos, dejar las manos de jugar para el día siguiente y a sentir el calor de nuestra acogedora cama.
Para los niños algo más mayores podemos utilizar razonamientos como: 'mañana tenemos muchas cosas que hacer así que ahora toca descansar', 'mamá y papá que te quieren mucho también se van a la cama temprano, ¿necesitas algo?'
6. Organiza la tarde
Otra cosa que funciona muy bien es aprovechar un momento distendido, la hora de la merienda, por ejemplo, para comentar qué solución podemos buscar para organizar las tareas de la tarde y que cuando llegue la hora de dormir no haya prisas que valgan.
@@guiainfantil Muchas gracias por responder y por los consejos. Algunos ya los aplicamos, pero seguiremos intentando. Un saludo.
No encuentro la forma de bajarle el ritmo, mi hija es DEMASIADO ACTIVA tiene una resistencia ya no de 10 sino más, hay veces que yo me duermo agotada antes que ella. Nunca ha dormido temprano y si toma una siesta es peor.
¡Hola! Canalizar la energía de un niño puede ser difícil, pero no es imposible. Lo primero que hay que hacer es tener paciencia. Después será importante encontrar actividades que les motiven y les permitan liberar las tensiones.
Cuando el niño no para quieto un segundo, le cuesta estar sentado y necesita liberar energía, el mejor modo de ayudarle es apuntándole a una actividad extraescolar que tenga que ver con el deporte: fútbol, balonmano, baloncesto, natación…
Todo tipo de actividades en la que el niño pueda moverse de manera adecuada y sin molestar a nadie. Además, se puede canalizar la energía de los niños de las siguientes maneras:
- Ir al parque antes de llegar a casa. Este espacio permite que el niño pueda correr, saltar y jugar a su antojo durante un tiempo. Esto hará que pueda desfogarse.
- Hacer yoga puede ayudar de forma positiva al niño a controlar su conducta. El yoga le brinda tranquilidad y armonía a su cuerpo.
- Bailar. Le ayuda a controlar su motricidad. Armoniza sus movimientos y le ayuda a mejorar su comportamiento a nivel social.
- Hacer teatro. Esta actividad implica múltiples beneficios. Le ayuda a memorizar, se trabaja la vergüenza, a manejar los pensamientos y a estar concentrados en los que se hace.
- Tareas de casa. Pequeñas tareas como poner la mensa, ayudar a recoger, ayudan al niño a liberar energías.
- Juegos. Usar diferentes juegos que implique la psicomotricidad que les permita moverse de forma adecuada y controlada. Por ejemplo, andar despacio, 'hacer la croqueta', saltar, etc.
Te dejamos un artículo que creemos que podría interesarle: www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/la_hiperactividad.htm