3:26 historia de Hal: En un pequeño bosque encantado, vivía una tortuga mentirosa llamada Tadeo. Tadeo no era una tortuga cualquiera: tenía una enorme cueva llena de oro, joyas y tesoros brillantes. Nadie sabía cómo había conseguido tanta riqueza, pero él siempre inventaba historias fabulosas para explicar su fortuna: que un dragón le había pagado por cuidarle los huevos, que había ganado todo en una competencia de adivinanzas, o incluso que un rey perdido se lo había regalado por su "bondad". La verdad, por supuesto, era que Tadeo se dedicaba a recoger lo que otros perdían en el bosque, pero nunca lo admitía. En el mismo bosque vivía Lina, una liebre ambiciosa y algo egoísta, siempre buscando maneras de hacerse rica rápidamente. Al escuchar las historias de Tadeo, decidió que tenía que obtener parte de su oro. Así que un día, fue a visitarlo con una gran sonrisa y un plan. -¡Oh, Tadeo! ¡He oído que tienes las riquezas más impresionantes de todo el bosque! -dijo Lina con su voz más dulce-. ¿Cómo puedo ser tan afortunada como tú? Tadeo, con su clásica lentitud, sonrió. Sabía que Lina estaba tramando algo. -Bueno, querida Lina, mi riqueza no es para cualquiera. Pero... puedo enseñarte el secreto del oro eterno. Lina, emocionada, cayó en la trampa. -¡Por favor, Tadeo! Haré lo que sea. Tadeo se inventó un desafío: -Debes correr al otro lado del bosque, escalar la montaña más alta y traerme una hoja del árbol dorado que crece en la cima. Esa hoja, Lina, tiene el poder de multiplicar cualquier tesoro. Sin pensarlo dos veces, Lina partió a toda velocidad. Mientras tanto, Tadeo se relajó en su cueva, riéndose de su propio ingenio. Sabía perfectamente que el "árbol dorado" no existía, pero no le preocupaba; al menos se libraría de la insistente liebre por un buen tiempo. Pasaron los días, y Lina seguía buscando el árbol dorado sin éxito. Se agotó, perdió su energía y, finalmente, decidió regresar al bosque. Al llegar, se dio cuenta de que, mientras ella estaba fuera, los demás animales habían hecho algo extraordinario: habían descubierto la cueva de Tadeo. Pero en lugar de robarle, organizaron un plan para enseñarle el valor de compartir. El sabio búho del bosque convocó a todos los animales y le dijo a Tadeo: -Tadeo, sabemos que amas tu oro, pero el verdadero tesoro está en la amistad y la generosidad. Si no compartes con los demás, vivirás solo para siempre. Tadeo, sorprendido y un poco asustado por la idea de quedarse solo, aceptó a regañadientes. Decidió usar parte de su oro para mejorar el bosque: construyó casas para los animales, creó un lago cristalino y plantó flores de todos los colores. Poco a poco, descubrió que dar a los demás lo hacía sentir mucho más feliz que acumular oro. ¿Y Lina? Bueno, al regresar y ver que el bosque era un lugar lleno de armonía, intentó reclamar parte del oro. Pero el búho, en su sabiduría, le recordó que la ambición egoísta no tenía cabida en ese lugar. Enfadada y sin nada, Lina decidió irse a otro bosque, buscando nuevas maneras de enriquecerse. Así, el bosque vivió feliz para siempre, lleno de colores y vida... pero Lina nunca encontró el árbol dorado ni el oro eterno.
Gracias por subir los capítulos 😁
3:26 historia de Hal: En un pequeño bosque encantado, vivía una tortuga mentirosa llamada Tadeo. Tadeo no era una tortuga cualquiera: tenía una enorme cueva llena de oro, joyas y tesoros brillantes. Nadie sabía cómo había conseguido tanta riqueza, pero él siempre inventaba historias fabulosas para explicar su fortuna: que un dragón le había pagado por cuidarle los huevos, que había ganado todo en una competencia de adivinanzas, o incluso que un rey perdido se lo había regalado por su "bondad". La verdad, por supuesto, era que Tadeo se dedicaba a recoger lo que otros perdían en el bosque, pero nunca lo admitía.
En el mismo bosque vivía Lina, una liebre ambiciosa y algo egoísta, siempre buscando maneras de hacerse rica rápidamente. Al escuchar las historias de Tadeo, decidió que tenía que obtener parte de su oro. Así que un día, fue a visitarlo con una gran sonrisa y un plan.
-¡Oh, Tadeo! ¡He oído que tienes las riquezas más impresionantes de todo el bosque! -dijo Lina con su voz más dulce-. ¿Cómo puedo ser tan afortunada como tú?
Tadeo, con su clásica lentitud, sonrió. Sabía que Lina estaba tramando algo.
-Bueno, querida Lina, mi riqueza no es para cualquiera. Pero... puedo enseñarte el secreto del oro eterno.
Lina, emocionada, cayó en la trampa.
-¡Por favor, Tadeo! Haré lo que sea.
Tadeo se inventó un desafío:
-Debes correr al otro lado del bosque, escalar la montaña más alta y traerme una hoja del árbol dorado que crece en la cima. Esa hoja, Lina, tiene el poder de multiplicar cualquier tesoro.
Sin pensarlo dos veces, Lina partió a toda velocidad. Mientras tanto, Tadeo se relajó en su cueva, riéndose de su propio ingenio. Sabía perfectamente que el "árbol dorado" no existía, pero no le preocupaba; al menos se libraría de la insistente liebre por un buen tiempo.
Pasaron los días, y Lina seguía buscando el árbol dorado sin éxito. Se agotó, perdió su energía y, finalmente, decidió regresar al bosque. Al llegar, se dio cuenta de que, mientras ella estaba fuera, los demás animales habían hecho algo extraordinario: habían descubierto la cueva de Tadeo. Pero en lugar de robarle, organizaron un plan para enseñarle el valor de compartir.
El sabio búho del bosque convocó a todos los animales y le dijo a Tadeo:
-Tadeo, sabemos que amas tu oro, pero el verdadero tesoro está en la amistad y la generosidad. Si no compartes con los demás, vivirás solo para siempre.
Tadeo, sorprendido y un poco asustado por la idea de quedarse solo, aceptó a regañadientes. Decidió usar parte de su oro para mejorar el bosque: construyó casas para los animales, creó un lago cristalino y plantó flores de todos los colores. Poco a poco, descubrió que dar a los demás lo hacía sentir mucho más feliz que acumular oro.
¿Y Lina? Bueno, al regresar y ver que el bosque era un lugar lleno de armonía, intentó reclamar parte del oro. Pero el búho, en su sabiduría, le recordó que la ambición egoísta no tenía cabida en ese lugar. Enfadada y sin nada, Lina decidió irse a otro bosque, buscando nuevas maneras de enriquecerse.
Así, el bosque vivió feliz para siempre, lleno de colores y vida... pero Lina nunca encontró el árbol dorado ni el oro eterno.
Me gustan tus reacciones broder hay otros que reaccionan a otros capítulos de malcom y me aburren, eres chido broder saludos sube más videos
Estaba buscando esta escena 7:47
Gou Gou Gou😅✌🏻
😂
No me interesa ver este capítulo con un judío
A nadie le importas😂 jajaja