DÍA 9 - NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. DIRIGE: Ángel Valdivieso desde Zaragoza, España.

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  • Опубліковано 27 вер 2024
  • Nos preparamos para la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
    Finalizamos esta hermosa jornada comunitaria de oración, hemos orado estos nueve días por nosotros y por nuestros hermanos en la fe del mundo entero, también hemos orado de forma especial por LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES.
    En este día especial muchos se consagran por primera vez al Sagrado Corazón de Jesús, otros harán la renovación de su consagración; nos entregamos a nosotros y nuestras familias para que Jesús nos permita habitar para siempre dentro de Su corazón, entramos por esa Puerta que siempre ha estado abierta, pero, que talvez, no nos habíamos decidido a cruzar.
    En este día especial dejémonos mirar por Jesús que desde el sagrario nos extiende Su mano y nos invita a entrar en lo Íntimo de Su Corazón; de la mano de María santísima demos el paso que nos introduce al SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
    __________________________________
    LAS TRES MIRADAS DEL CORAZÓN DE JESÚS
    Una es la mirada que tiene para los amigos que aún no han caído, otra
    es para los amigos que están cayendo o acaban de caer, pero quieren
    levantarse, y la otra para los que cayeron y no se levantarán porque no
    quieren.
    LA PRIMERA MIRADA
    Con ella regaló al joven aquél que de rodillas le preguntaba: Maestro
    bueno, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna?
    El Evangelista san Marcos2, a más de la respuesta que de palabra le
    da el Maestro bueno, pone en la cara de éste otra respuesta más expresiva:
    Jesús, poniendo en él los ojos, le amó.
    ¡Mirada de complacencia, de descanso, de apacible posesión con que
    el Corazón de Jesús envuelve y baña a las almas inocentes y sencillas, que
    como la de aquél, «había guardado los mandamientos desde su juventud»!
    LA SEGUNDA MIRADA
    Tiene por escena un cuadro triste: ¡El patio del sumo Pontífice!
    Allá dentro, Jesús está sumergido en un mar de calumnias,
    ingratitudes, malos tratos...; fuera, Pedro, el amigo íntimo, el hombre de
    confianza, el confidente del perseguido Jesús, negándolo una, dos, tres
    veces con juramento y con escándalo...
    ¿Qué ha pasado? Pedro ha echado a correr aguantando con sus manos
    cerradas lágrimas que brotan de sus ojos.
    Es que el Reo de allá dentro ha saltado por encima de todos sus
    dolores, ha vuelto la cara atrás y ha mirado al amigo que caía.
    ¡Mirada de recuerdos de beneficios recibidos, de reproches que
    duelen y parten el alma de pena, de invitación a llanto perenne, de
    esperanza, de perdón...!
    LA TERCERA MIRADA
    ¡Que desoladora! ¡El Maestro, sobre lo alto de un monte, cruzados
    los brazos, mira a Jerusalén y llora...!
    ¡Qué triste, que desconsoladoramente triste debe ser la mirada de
    Jesús sobre un alma que ciertamente se condenará!
    Cruza los brazos porque la obstinación y dureza de aquella alma
    frustra cuanto por ella se haga, y llora porque... eso es lo único que le
    queda que hacer a su Corazón.
    Hermanos, ¿con cuál de estas tres miradas seremos mirados? ¡Qué
    buen examen de conciencia y qué buena meditación para delante del Sagrario!
    Corazón de mi Jesús que vives en ese mi Sagrario, y que no dejas de
    mirarme, ya que no puedo aspirar a la mirada de complacencia con que
    regalas a los que nunca cayeron, déjame que te pida la mirada del patio de
    Caifás.
    ¡Me parezco tanto al Pedro de aquel patio! ¡Necesito tanto tu mirada
    para empezar y acabar de convertirme!
    *Mírame mucho, mucho, no dejes de mirarme como lo miraste a él,
    hasta que las lágrimas que tu mirada arranquen, abran surcos si no en mis
    mejillas como en las de tu amigo, al menos en mi corazón destrozado de la
    pena del pecado.*
    Mírame así: te lo repito, y que yo me dé cuenta de que me miras
    siempre. ¡Que yo no quiero verte delante de mí llorando y con los brazos
    cruzados... que soy yo el que quiere y debe llorar!
    ¡Tú, no!
    (Beato D. Manuel González - ¿QUÉ HACE Y QUÉ DICE
    EL CORAZÓN DE JESÚS EN EL SAGRARIO?)
    ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!

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