Gracias Señor Jesucristo, por qué te has quedado presente en cada Sacramento, para levantarnos y recordarnos como ese Padre del Hijo pródigo que perdono y su alma sano por la herida del pecado, así nosotros terminamos enfermos por la ira, orgullo, soberbia, envidia y demás pecados que nos enferman, pero estás ahí, proporcionando salvación y sanando cada una de nuestras enfermedades que como humanos imperfectos cometemos y te hieren, cuánto nos amas Padre, Bendito seas por siempre Señor.
Gracias Señor Jesucristo, por qué te has quedado presente en cada Sacramento, para levantarnos y recordarnos como ese Padre del Hijo pródigo que perdono y su alma sano por la herida del pecado, así nosotros terminamos enfermos por la ira, orgullo, soberbia, envidia y demás pecados que nos enferman, pero estás ahí, proporcionando salvación y sanando cada una de nuestras enfermedades que como humanos imperfectos cometemos y te hieren, cuánto nos amas Padre, Bendito seas por siempre Señor.