Clima de época - Editorial Alfredo Zaiat
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- Опубліковано 7 лют 2025
- #Acontramano / Alfredo Zaiat / Cheque en Blanco Sabados de 9 a 12hs Mega 98.3
Clima de época.
¿Qué es lo que cambió en la sociedad en estos dos años? ¿Qué es lo que cambió para que le violencia de derecha se sienta impune? ¿Qué es lo que cambió para que sectores de la sociedad no se inhiban en expresar ideas retrógadas, autoritarias, represivas y, por lo tanto, desalmadas?
Vamos a intentar una aproximación de respuestas a esas preguntas que a muchos nos empieza a inquietar.
No hubo un cambio en la sociedad en estos dos años. Esos grupos sectarios, xenófobos, reaccionarios y racistas siempre estuvieron presentes. Siempre han estado conviviendo entre nosotros.
Y no eran y no son pocos. Estaban, te los cruzabas en el trabajo, en la calle, en el taxi, en el colectivo, en reuniones sociales.
Siempre estuvieron.
Entonces, si siempre estuvieron, ¿qué cambió en estos dos años para que tengan más visibilidad, se sientan con impunidad para expresar lo que siempre pensaron y como siempre actuaron?
Lo que cambió fue el clima político, una fuerza de derecha es gobierno y actúa en esa línea. Y es una fuerza de derecha que tiene el respaldo de una inmensa red pública y privada de medios de comunicación.
De esa forma, ese sector de la sociedad que siempre ha sido reaccionaria hoy tiene el aval para poder expresar sus ideas violentas sin ningún límite. Por el contrario, son alentados a disputar el sentido en la sociedad.
Por eso festejan el asesinato de un joven mapuche o la desaparición forzada seguida de muerte de otro joven con ideales de igualdad.
Lo que ha cambiado es que ahora ese discurso pasó a ser el dominante, en el ámbito político porque es el hegemónico, siendo Lilita Carrió el exponente más fuerte, y también en el ámbito de los medios, con una corriente hegemónica que convalida las posiciones más reaccionarias.
Entonces, lo que existe hoy es la legitimación política y mediática de un discurso reaccionario y violento, que siempre ha estado presente en la sociedad, pero que era limitado porque no era políticamente correcto. Hoy, sí lo es.
Eso es lo que cambió. Irrumpió el submundo autoritario de la sociedad y no hay voluntad en el gobierno de ponerle límites, ni tampoco fuerzas democráticas en la alianza de gobierno que se animen a advertir del sendero peligroso al que ha sido lanzada la sociedad argentina.
No hay que sorprenderse que existe un grupo importante de la sociedad con ideas de derecha, carentes de solidaridad o reaccionaria.
Lo sorprendente es que hoy existe legitimidad política y mediática para quienes construyen esa peor sociedad, más violenta, de más exclusión.
Pero también hay que saber que existen muchos otros que queremos construir otro tipo de sociedad, con contradicciones y debilidades, pero una mejor, con respeto al otro, sin violencia ni aplausos a la represión, que aspira a vivir en un mundo con menos desigualdad.
Es una disputa que esta abierta, y para transitarla con vigor y alegría, es muy útil estar acompañados de nuestro consejo de cada sábado:
“No tengas miedo, no siempre se choca andando a contramano”.
cohete a la luna
Por Ricardo Aronskind .
Una justificación ideológica con disfraz técnico .
Buena parte de las desgracias que el gobierno nacional descargará sobre la población argentina en los próximos meses tendrá que ver con una justificación ideológica con aspecto de argumento técnico: hay que bajar el déficit fiscal, madre de todos los problemas de la Argentina.
Por culpa del elevado gasto público habría déficit fiscal, inflación, endeudamiento, falta de competitividad, pobreza, corrupción y toda otra calamidad que se pueda imaginar. La cruzada publicitaria contra el déficit fiscal será grabada prolijamente en la cabeza de la población mediante infinitas repeticiones de los adoctrinadores disfrazados de periodistas, que para eso están.
Pero la verdad es otra.
Breve historia del verso del déficit fiscal
Durante la dictadura cívico militar, el equipo económico usó el argumento de que el déficit fiscal era la principal causa de la inflación. En especial hicieron énfasis en el déficit de las grandes empresas públicas que existían en ese momento. La inflación no se enteró de que era causada por la monetización del déficit de las empresas públicas y siguió de largo. Pero el argumento sirvió para cortarles el financiamiento público y mandarlas a endeudarse, y prepararlas así para la privatización. Vale recordar que el déficit fiscal de la dictadura austera y republicana fue muy superior al de los populistas corruptos depuestos en 1976.
Durante el menemismo, todo el programa de desmantelamiento estatal, adhesión al Plan Brady y reducción de empleados públicos, cuyos retiros fueron financiados con créditos de Banco Mundial, tuvieron como telón de fondo la reducción del déficit público. Pero apenas apareció el negocio de las AFJP, que desfinanciaba al Estado para entregarles un gran negocio a los bancos, no se dudó un segundo en proceder a hacerle un boquete fiscal al Estado (2% del PBI), en nombre de las enormes ganancias garantizadas a 20 entidades financieras.
El verso de la reducción del déficit fiscal parece resultar siempre productivo, porque jamás aparece una fuerza política con presencia social que responda con claridad al falaz argumento.
Técnicamente hay dos soluciones, no una
bien x Alfredo Zaiat