En mi juventud, un grupo de chavos íbamos a las cuevas de San Rafael, Tlalnepantla, a enviciarnos sin la intromisión de la gente, y estando poco adentrados en la cueva, alguna energía al parecer se posesionaba de alguno de nosotros, y comenzaba a decirle a otro, cosas feas, ofensas hasta exageradas. Uno de esos días, el último quizá en que fuimos, nos calló la noche ahí dentro, y hubo un ruido, como un grave tronido venido sin lugar a dudas desde dentro, que nos hizo salir corriendo y no paramos hasta que bajamos ese pequeño cerro, entre carcajadas y miedo.
Yo no sabía que existía
Vamos. A conocerlo
En mi juventud, un grupo de chavos íbamos a las cuevas de San Rafael, Tlalnepantla, a enviciarnos sin la intromisión de la gente, y estando poco adentrados en la cueva, alguna energía al parecer se posesionaba de alguno de nosotros, y comenzaba a decirle a otro, cosas feas, ofensas hasta exageradas. Uno de esos días, el último quizá en que fuimos, nos calló la noche ahí dentro, y hubo un ruido, como un grave tronido venido sin lugar a dudas desde dentro, que nos hizo salir corriendo y no paramos hasta que bajamos ese pequeño cerro, entre carcajadas y miedo.
De verdad , pues si es raro la sensación al estar en la cueva se dice que ahí una bruja en el cerro
Da miedo
😮
Bonita cuevita ❤️
😛
El diablo vive ahí