Migue, una vez más, gracias por ayudarnos a encontrar al Dios presente, cercano... esta vez tan vivo en esta pasión que a algunos nos atraviesa: la de acompañar las vidas de aquellos que Dios nos confía... una misión de amor, que caminamos con pies de barro y agradeciendo siempre a Dios que el Alfarero sigue siendo él. ¡Abrazo, hermano!
Migue, una vez más, gracias por ayudarnos a encontrar al Dios presente, cercano... esta vez tan vivo en esta pasión que a algunos nos atraviesa: la de acompañar las vidas de aquellos que Dios nos confía... una misión de amor, que caminamos con pies de barro y agradeciendo siempre a Dios que el Alfarero sigue siendo él. ¡Abrazo, hermano!