Camino Lebaniego. Tramo cántabro. Etapa 2: Puente El Arrudo - Cades a Cicera

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  • Опубліковано 12 вер 2024
  • Realizada el 12.07.24
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    Inicio: PUENTE EL ARRUDO/CADES (Herrería)
    Alojamiento: Casona del Nansa (+ desayuno)
    Final: CICERA (Lamasón)
    Alojamiento: Casa particular de Trini (Nos la gestionó David, propietario del Molino de Cicera)
    Comida y Cena: Taberna el refugio de Otto
    Cuentan que hacer algún camino por el norte de la penisla, supone mojarse, al menos un día, lo hagas en la época que lo hagas. Pues eso, este día nos tocó y aunque en algunos momentos arreció con ganas, a media mañana, justo cuando nos detuvimos a tomar un refrigerio en Quintanilla, cesó, y nos permitió desarrollar en mejores condiciones la parte más dura de la etapa.
    Etapa que tiene dos partes bien definidas, la primera, zapatazo por carretera, afortunadamente poco transitada, desde la salida en Puente El Arrudo hasta Lafuente. La segunda, desde Lafuente hasta Cicera, un severo repecho por Burió hasta el collado de Hoz y una incesante bajada por camino desde este, hasta nuestro destino en Cicera.
    "Mareamos un poco la perdiz" en la casona del Nansa tras desayunar, esperando un milagro de los cielos que no llegaba, por lo que nos pertrechamos con ropa de agua y carrera y manta. Día aciago con nubes bajas que permitían muy poca visibilidad. Parada en el ayuntamiento de Herrerias, a pocos metros de la salida para recolocarnos y, en pleno aguacero, a hacer camino.
    Primera parte monótona, entre que la visibilidad era nula y no podíamos levantar la mirada, solo hicimos estación en la ferrería de Cades, justo en un momento en que ceso el diluvio. Arreón en subida por la estrecha carretera quemando kilómetros, tanto que casi nos pasamos el mirador de la Palombera (WP-5a), aunque como si no lo hubiéramos hecho pues la panorámica era nula.
    Continuamos el zapatazo mojado hasta la Venta Fresneda (WP-07) donde amainó un poco el diluvio, lo cual nos animó. Continuamos en dirección a Lafuente pasando por una hornacina con una santuca (WP-7b) justo antes de la bifurcación entre Quintanilla y Lafuente (WP- 09). Como íbamos advertidos de que Quintanilla era la única población con servicios, decidimos dar el pequeño rodeo cruzando el puente sobre el río Lamason (WP-10) y tomar un refrigerio en esta localidad (WP-11). Un acierto, pues fue sentarnos y parar el diluvio, doble alegría nos llevamos.
    Sin tener que regresar a la bifurcación anterior, sino por una carretera accesoria, alcanzamos Sobrelapeña (WP-13), divisando en un otero su Iglesia de Santa María (WP-12). Cruzamos la población y continuamos por la carretera que traíamos antes del desvío a Quintanilla. Otro zapatazo y alcanzamos por fin la población de Lafuente, donde necesariamente hay que detenerse a la entrada para mirar la Iglesia de Santa Juliana (WP-14), otra austera y sencilla joya del Románico.
    Continuamos, sabiendo que la ruta se animará un poco más adelante, y rezando porque el tiempo nos dejara desarrollar el esfuerzo que requería sin una carga añadida. Arreando y pasada la población, a la derecha (WP-15), se desprende un camino cementado que va ganando altura rápidamente, tan rápido que hay que parar a hacer algunas fotografías del valle y de Lafuente para resollar. El camino nos lleva a otra pequeña población, Burió (WP-16), igualmente engalanada floralmente como todas por las que fuimos pasando, una alegría para la vista, si señor. Lejos de acabar la subida, esta de intensifica en repechos infames que, finalmente, nos saca de nuevo a la carretera WP-17) poco antes del collado de Hoz (WP-17a).
    Creía que, en los collados, después de subir, se baja, pero no, aquí no, porque el collado lo hace la carretera que si que desciende hacia Cicera, pero a nosotros las señalizaciones nos llevan por un camino agrícola semiempedrado que continua ascendiendo un par de cientos de metros hasta que, por fin, comienza el descenso (WP-19) que a veces no sabe uno que es peor.
    La bajada es rápida, no porque lleváramos prisa, sino por la inercia de la pendiente. Pronto vamos divisando al fondo del valle Cicera, nuestro destino, y detrás, Jozarcu (Hozarco), pero esa será otra historia.
    Llegamos a Cicera (WP-20) a tiempo de almorzar en la taberna El refugio de Otto y alojarnos en una casuca del pueblo, bien acondicionada que nos busco el propietario del Molino de Cicera, donde queríamos alojarnos, pero estaban completos.

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