Enrique Ruiz - No te olvido (1957)

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  • Опубліковано 29 вер 2024
  • El popular zortziko “No te olvido” fue la más popular composición del cantor y músico tudelano Manuel Villar Jiménez (1849-1902). Conocida también como “Desde que nace el día”, la pieza fue escrita en memoria de su madre. Villar se inspiró para su creación en un aria de la zarzuela “Los Magyares”, estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 12 de abril de 1857 con partitura de su admirado paisano Joaquín Gaztambide (1822-1870)
    Entre sus primeras grabaciones destacó la realizada en 1906 para Fonotipia por la soprano portuguesa Regina Pacini (1871-1965) • Regina Pacini No te o... En 1922 lo registraron los tenores Diógenes Eguileor para Odeón y José Luis de la Rica para Disco Gramófono. Otras versiones de interés fueron las de Rogelio Baldrich (Odeón, 1931) Sara Montiel realizó una inolvidable interpretación de aquel zortziko en la película “La Reina del Chantecler” (Rafael Gil, 1962 • Sara Montiel- No te ol... ) En 1988 volvería a recordarlo en su paso por el Miami Dade-County Auditorium • Sara Montiel - Maite -... Otras versiones de interés fueron las realizadas por Los Iruña’ko (Zafiro, 1960 • No Te Olvido (Remastered) , Luis Mariano en vasco acompañado de una orquesta a la batuta de Bernard Gérard (Odeón, 1969 • Zortziko "No te olvido... ) o Los Chimberos (Zafiro, 1970 • No Te Olvido )
    Acompañado de la Orquesta del Teatro Albéniz a la batuta de Daniel Montorio, el tenor español Enrique Ruiz la incluyó en su álbum “Golden melodies of yesterday and today”. Aquel trabajo fue editado por el sello Montilla en 1957. El cantante había incluido la pieza el 25 de octubre de 1947 en su paso por el Town Hall de Nueva York junto a la pianista Helen Steele.
    «Desde que nace el día
    hasta que muere el sol
    resuena en mis oídos
    el eco de tu voz.
    Desde que nace el día
    hasta que muere el sol
    resuena en mis oídos
    el eco de tu voz.
    Que aunque lejos de ti
    yo no te olvido, no,
    tu imagen adorada
    guardo en mi corazón.
    Que aunque lejos de ti
    yo no te olvido, no,
    tu imagen adorada
    guardo en mi corazón.
    Tus cantos amorosos,
    arrullos de otra edad,
    a solas en mis sueños
    recuerdo con afán.
    Tus cantos amorosos,
    arrullos de otra edad,
    a solas en mis sueños
    recuerdo con afán.
    Que aunque lejos de ti
    yo no te olvido, no,
    tu imagen adorada
    guardo en mi corazón.
    Que aunque lejos de ti
    yo no te olvido, no,
    tu imagen adorada
    guardo en mi corazón.
    Por el anochecer
    el velo del adiós
    brota en ese pañuelo
    que tiembla por los dos.
    Madre del alma mía
    yo no te olvido, no.
    Madre del alma mía,
    ay, no te olvido, no.»

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