Mejía trae aquí a sus amiguetes, conocidos o saludados para que se luzcan mientras les da un agradable masaje. Cero preguntas comprometidas para el entrevistado. Ni siquiera, en este caso, ninguna sobre la deriva sectaria cada vez más marcada del periódico en el que desde hace no mucho escribe Peyró. Sorprende, por otra parte, que muchos de los defensores intelectuales del liberalismo en España sean personas que disfrutan de cargos estatales, lejos de la intemperie del mercado, muy bien retribuidos.
Qué placer escuchar siempre a Ignacio.
Mejía trae aquí a sus amiguetes, conocidos o saludados para que se luzcan mientras les da un agradable masaje. Cero preguntas comprometidas para el entrevistado. Ni siquiera, en este caso, ninguna sobre la deriva sectaria cada vez más marcada del periódico en el que desde hace no mucho escribe Peyró. Sorprende, por otra parte, que muchos de los defensores intelectuales del liberalismo en España sean personas que disfrutan de cargos estatales, lejos de la intemperie del mercado, muy bien retribuidos.
claro, y no les dejan esas responsabilidades culturales a las cajeras de los supermercados. Que injusto
@@juanluisperez639 Un cajera cualquiera no serviría. Estos masajes "intelectuales" los dan mejor los amigos.
Interesante 👍🏻