Hay que proteger los idiomas autoctonos ya que son parte de la cultura. Lo que no se puede ni debe de hacer es utilizar los idiomas como arma politica para reivindicar movimientos nacionalistas o independentistas, porqueeso al final daña la conservacion de la lengua o el intento en forma de represalia de prohibirlas como medio de defensa de movimientos contrarios. Por lo tanto, hay que promocionar la recuperacion de todas las lenguas autoctonas, incentivar a jovenes para aprenderlos, de hecho, deberian enseñarse en escuelas junto al idioma comun de todas nuestras regiones y potenciar academias para enseñarlo a otras personas que quieran aprenderlo y no sean de esa region. Crear una academia de la lengua. Etc... En Euskadi son los pasos que se han seguido. Exceptuando la parte politica y represiva en ambos sentidos (intentsr posicionarla por encima del castellano y viceversa, o atacar a la lengua como represion por ser usada por movimientos indenpendentistas, o dar privilegios a vascoparlantes para acceder a cargos politicos o en la administracion o trabajos de cualquier tipo, promoviendo xenofobia contra los que no lo hablan -cada vez menos racismo en ese sentido-).
Hay que proteger los idiomas autoctonos ya que son parte de la cultura.
Lo que no se puede ni debe de hacer es utilizar los idiomas como arma politica para reivindicar movimientos nacionalistas o independentistas, porqueeso al final daña la conservacion de la lengua o el intento en forma de represalia de prohibirlas como medio de defensa de movimientos contrarios.
Por lo tanto, hay que promocionar la recuperacion de todas las lenguas autoctonas, incentivar a jovenes para aprenderlos, de hecho, deberian enseñarse en escuelas junto al idioma comun de todas nuestras regiones y potenciar academias para enseñarlo a otras personas que quieran aprenderlo y no sean de esa region.
Crear una academia de la lengua.
Etc...
En Euskadi son los pasos que se han seguido.
Exceptuando la parte politica y represiva en ambos sentidos (intentsr posicionarla por encima del castellano y viceversa, o atacar a la lengua como represion por ser usada por movimientos indenpendentistas, o dar privilegios a vascoparlantes para acceder a cargos politicos o en la administracion o trabajos de cualquier tipo, promoviendo xenofobia contra los que no lo hablan -cada vez menos racismo en ese sentido-).