Fue escrita en Berlín en 1747. En su escritura es inevitable adivinar la huella de Johann Senastian quien llevó al más alto grado de perfección la escritura para un instrumento solo.
Bajo el punto de vista técnico, el compositor debe integrar en la melodía los elementos indispensables para la trama armónica. El fraseo y los matices están definidos con gran precisión en los movimientos primero y tercero, brindando el modelo a seguir en el segundo, desprovisto de matices en el original. Tales indicaciones otorgan vitalidad y todo su sentido a las acostumbradas sorpresas que el compositor prodiga en su música.
El primer movimiento “Poco Adagio” está paradójicamente escrito en 3/8. Esto parece querer indicar un tiempo fluido con el que los elementos polifónicos puedan encontrar la adecuada continuidad, la cual se diluiría en un tiempo más lento. El “Allegro” siguiente se desarrolla en torno a un tema inicial que afirma rotundamente la tonalidad de la obra. Y si dicho tema consistía en un arpegio descendentede La menor, será el mismo arpegio, pero esta vez ascendente, el que constituya el tema del tercer y último movimiento, “Allegro”. Vuelve al compás de 3/8 y a un lenguaje donde los cambios de dinámica se suceden muy deprisa logrando un ambiente impulsivo y fogoso con breves episodios suspensivos, para concluir en una corta pero rotunda frase cromática ascendente.