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Evitemos ponerle etiquetas a los niños, ellos toman todo lo que les decimos de manera literal.

Los premios y castigos son herramientas que van enfocadas en el cambio del comportamiento y muchas veces, no tomamos en cuenta qué originó ese comportamiento. Es importante ampliar nuestros recursos para dejar de controlar y aprender a acompañar.

El Apego seguro lo vamos construyendo con la interacción que tenemos con los niños, cuando somos un pilar de seguridad y libertad

Nos toca crear entornos que nutran el desarrollo de nuestros niños, armonía y balance.

Si nos enfocamos en lo que ocurre en los niños como prioridad y no el su comportamiento, podremos darles mejores recursos, fortaleza personal y pilares de amor.

Lo que decimos y cómo lo decimos va a tener un impacto en nuestros niños, es por eso que necesitamos reconocer lo que nos pasa y elegir nuestras palabras.

Somos responsables de darles lo mejor, y para ello es importante reconocernos, no somos perfectos, ni pretendemos serlo, y nos vamos a equivocar, sin embargo con amor propio y responsabilidad propia, podemos hacerlo cada día mejor.

Si colocamos a los niños en el centro de nuestras acciones, decisiones, aunque a veces nos cueste o incomode, pero pensando en su mayor bienestar, podemos tener un impacto nutritivo en ellos.

Respetar su cuerpo, sus espacios, sus procesos, es importante para su desarrollo, es su derecho y nuestra responsabilidad.

La mirada real, la presencia completa al momento de compartir con un bebé, niña, niño o adolescente, hace la diferencia, cuando se sienten vistos, también se sienten amados.

Cuando usamos el chantaje para que los niños hagan lo que queremos, no los ayudamos, porque estamos quitando validez a lo que los niños quieren o necesitan.

Amenazar o condicionar a los niños para cambiar su comportamiento, aún si no es el mejor comportamiento no es un recurso nutritivo, puede ser fácil y nos va a salir, sin embargo, podemos aprender nuevas formas. No estamos buscando que los niños sólo se comporten de una determinada manera, estamos acompañándolos en su desarrollo y su auto conocimiento.

Enseñarles a ser responsables es importante, y hacerlo con amor, hace que sea algo que se puede integrar de una manera sencilla y orgánica.

Decir la verdad es una virtud, que los adultos creemos que tenemos, que pedimos de otros, pero al momento de relacionarnos con los niños, les mentimos constantemente, con la intención de modificar un comportamiento. Los niños te van a creer lo que les digas, no digamos mentiras, estamos para acompañar, con respeto y con amor.

Validar emociones

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Los Pilares del Acompañamiento Infantil

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¿Cuál es nuestro papel en el Desarrollo Infantil?

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