RELACIONES
Un joven contaba que cuando él tenía quince años, sus padres junto con una hermana que era pequeña, marcharon a los campos de misión en el extranjero. Al cabo de cinco años, los vio otra vez y entonces no reconocía a la jovencita de diez años que apareció ante sus ojos. Se dio cuenta de cuánto había perdido en su relación con ella en esos años. Ahora eran, prácticamente, unos desconocidos el uno para el otro. No se habían portado mal el uno con el otro, no
se habían herido ni ofendido. Sólo que no habían hecho nada por comunicarse y relacionarse.
Cualquier relación que se deja, que no se cultiva, muere lentamente. Santiago 4:8 nos dice: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros." La razón por la que muchas personas se alejan de Dios no es por grandes pecados personales o porque se junten con gente que les lleve por malos caminos, sino simplemente porque no hacen nada por cultivar la relación con Dios.
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