El concreto permeable permite que el agua de lluvia se filtre a través de su estructura y se infiltre en el suelo subyacente. Esto ayuda a reducir el escurrimiento superficial, lo cual disminuye el riesgo de inundaciones urbanas y sobrecarga de los sistemas de alcantarillado.
Recarga de acuíferos: Al permitir que el agua de lluvia se infiltre en el suelo, el concreto permeable contribuye a la recarga de los acuíferos subterráneos, ayudando a mantener los niveles de agua subterránea y promoviendo la sostenibilidad del suministro de agua a largo plazo.
Reducción de la contaminación del agua: El proceso de filtración a través del concreto permeable ayuda a eliminar contaminantes del agua de escorrentía, como aceites, metales pesados y sedimentos. Esto mejora la calidad del agua que finalmente llega a los cuerpos de agua naturales.
Mitigación del efecto isla de calor: El concreto permeable tiene una capacidad de reflexión solar mayor y una menor retención de calor en comparación con los pavimentos tradicionales, lo que ayuda a mitigar el efecto de isla de calor urbano y a mantener temperaturas más frescas en las áreas pavimentadas.
Durabilidad y bajo mantenimiento: A pesar de ser permeable, este tipo de concreto puede ser muy duradero y resistente al desgaste, lo que lo hace adecuado para una variedad de aplicaciones, desde estacionamientos hasta calles residenciales. Además, requiere menos mantenimiento en comparación con los sistemas tradicionales de gestión de aguas pluviales.
Cumplimiento normativo y incentivos: En muchas jurisdicciones, el uso de concreto permeable puede ayudar a cumplir con las regulaciones ambientales y de gestión de aguas pluviales. Además, algunos programas gubernamentales ofrecen incentivos para su uso, como reducciones de impuestos o subvenciones.