La tradición y el fervor se volvieron a sentir en Argamasilla de Alba con motivo de la romería en honor a la Virgen de Peñarroya. Este emotivo evento reunió a cientos de devotos que despidieron a su patrona mientras su imagen era llevada hasta el santuario en el Castillo de Peñarroya, a más de 12 kilómetros del pueblo.
Desde las primeras horas del día, tras una misa en la iglesia de San Juan Bautista y el himno nacional interpretado por la Agrupación Musical "Maestro Martín Díaz", la procesión partió con gran solemnidad. Una de las paradas más conmovedoras fue en la residencia de mayores que lleva el nombre de la Virgen, donde los residentes se despidieron de su patrona con un ramo de flores.
Durante todo el recorrido, marcado por la devoción y el calor del pueblo, los feligreses acompañaron la imagen con cantos y muestras de cariño, mientras diez afortunados portadores llevaban a la Virgen, un honor por el que se espera años. Tras una pausa para descansar y avituallarse en el paraje de Santa María, la comitiva siguió su camino hasta la entrada al entorno del castillo de Peñarroya donde fue recibida con gran fervor por autoridades y miembros de la hermandad para acompañarla hasta el humilladero, donde hizo una breve parada antes de ir a su ermita.
La llegada de la Virgen a su ermita en el castillo puso fin a una jornada cargada de simbolismo y devoción, que une a los vecinos de Argamasilla de Alba en una celebración que va más allá de lo religioso, siendo un símbolo de identidad comunitaria.