Desde siempre la comunidad católica se ha interesado por el cuidado del ser humano, por mitigar y dar alivio y consuelo al pobre, al enfermo y al que sufre, siguiendo el ejemplo y el mandato de Buen samaritano, que se compadece de las miserias humanas, curando las heridas causadas por el mal y el pecado, con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza, cargando al ser humano en su propia cabalgadura, encargándose al cuidado del otro y con la promesa generosa de pagar todo lo que se haga por el otro.
La Pastoral de la Salud está enfocada en el cuidado integral de la salud física, emocional, social y espiritual de las personas. Esta labor se fundamenta en la misión de Cristo, quien sanó a los enfermos y mostró una especial cercanía a los que sufrían. En este sentido, la pastoral de la salud busca ser un signo del amor de Dios hacia los enfermos y un compromiso en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.