Videocarta/video poesía
Idea: Carolina Celeste Gonzalez
Edición: Se_deasarma_la_luna.
Archivo: Carolina Celeste Gonzalez,
Santi Alvarez,Cata Lütz,
Cecilia Gonzalez.
Textos y voz: Carolina Celeste
Gonzalez.Santi Alvarez.
Asistencia general: Cecilia
Gonzalez.
2024.
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Saber transitar la tristeza sin quedarte atrapado en ella es una habilidad clave en la vida, porque, seamos sinceros, la vida es una montaña rusa de pérdidas, y si no aprendemos a manejarlas, nos quedamos en bucle.
Nadie está exento de pasar por momentos de duelo, ya sea por la pérdida de un ser querido, una relación, un trabajo o incluso una etapa de la vida que se acaba. Pero la diferencia está en cómo gestionamos esa tristeza.
Aquí viene la primera lección: la tristeza no es el enemigo. Sentir tristeza es normal, necesario y hasta saludable. El problema no es estar triste, sino alargarse innecesariamente en ese estado, quedarte atascado como si fuera la única emoción válida.
Vivimos en una cultura que nos vende la idea de que hay que ser felices las 24 horas del día, como si la tristeza fuera un fallo del sistema. Pero no. La tristeza tiene su función: te permite procesar, reflexionar y adaptarte a las pérdidas.
Es como una parada técnica para reajustar las emociones.
Sin embargo, lo que marca la diferencia es el cómo transitamos por esa tristeza. Hay quienes se quedan anclados en ella, rumiando el dolor, repitiendo en su cabeza una y otra vez lo que pasó, lo que se perdió.
Y ahí es donde entra el riesgo de alargar innecesariamente el sufrimiento. No se trata de ignorar la tristeza ni de apresurarse a "superarla" como si fuera una carrera, pero tampoco de instalarte ahí de forma indefinida.
Aprender a transitar la tristeza significa darle espacio, pero no todo el espacio. Implica reconocerla, sentirla y luego, poco a poco, empezar a movernos. Porque quedarse inmóvil en el dolor no hace que la vida se detenga, solo hace que tú te pierdas lo que sigue.
Y, aunque a veces cueste verlo, siempre hay un "después". Permitirte llorar, hablar, desahogarte, pero también saber cuándo es momento de empezar a dar pequeños pasos hacia adelante, aunque al principio sean torpes y con dudas.
El truco está en encontrar ese equilibrio entre sentir y avanzar.
No hay un tiempo perfecto para superar una pérdida, pero sí hay señales que te indican cuando estás empezando a quedarte demasiado tiempo en el mismo lugar.
La vida está llena de duelos constantes, sí, pero también está llena de nuevos comienzos.
Y la habilidad de transitar la tristeza te permite hacer espacio para ambos: para honrar lo que perdiste, pero también para abrirte a lo que viene. Porque, al final, la tristeza es parte del viaje, pero no es el destino final.
Texto por @mauriciokaramazov