¿Cómo afrontar el dolor de una pérdida irreparable? Todos me advirtieron sobre Tristan Cole. “Aléjate de él”, dijeron. "Él es cruel". "Tiene frío". "Representa un peligro". Es sencillo etiquetar a un hombre según su pasado. Cuando miras a Tristan, es fácil ver un monstruo. Sin embargo, no pude hacer eso. Necesitaba entender el dolor que vivía dentro de él, porque era el mismo que yo llevaba. Ambos estábamos en un vacío. Ambos buscábamos algo más allá. Ambos queríamos reconstruir los fragmentos de nuestro pasado. Sólo entonces, tal vez, podremos redescubrir cómo respirar de nuevo. Elizabeth busca seguir adelante. Tras la muerte de su marido y un año en casa de su madre, decide regresar al hogar que conoció y afrontar los recuerdos de su feliz matrimonio con Steven.
El dolor de la pérdida todavía la atormenta, las lágrimas insisten en brotar, pero encuentra en Emma, ​​su hija de 5 años, la motivación que necesita para empezar de nuevo. Al regresar al pequeño Meadows Creek, Elizabeth se da cuenta de que todo excepto ella misma permanece igual: los rumores, los amigos de toda la vida, la peculiar tienda del señor Henson... De hecho, casi todo. Su nuevo vecino, Tristan Cole, es la comidilla de la ciudad, pero todos lo mantienen a distancia. Es maleducado, vive aislado y su mirada siempre está llena de agresividad y tristeza, como si huyera de un pasado doloroso. Con el tiempo, Elizabeth descubre que, detrás de la difícil fachada, hay un hombre profundamente afectado por la muerte de quien más amaba. Ella intenta acercarse, pero Tristan hace todo lo posible para impedir que ella entre en su vida. En su corazón roto, parece no haber lugar para un nuevo comienzo. ¿O hay?