El Puente Nuevo de Ronda es famoso no solo por su impresionante arquitectura, sino también por su historia. Construido entre mil setecientos cincuenta y uno y mil setecientos noventa y tres, el puente conecta las dos partes de la ciudad, que están separadas por un profundo desfiladero conocido como El Tajo de Ronda.
Durante la Guerra Civil Española (mil novecientos treinta y seis a mil novecientos treinta y nueve) y los años de la posguerra, algunas de las habitaciones situadas dentro del puente se utilizaron como celdas para prisioneros políticos. Hay relatos de prisioneros que fueron arrojados desde el puente, cayendo al fondo del desfiladero, aunque estos eventos son difíciles de verificar y en parte están envueltos en la leyenda.
El puente y sus celdas han capturado la imaginación de muchos y son un testimonio de los tiempos oscuros de la historia de España. Hoy en día, el Puente Nuevo es una atracción turística que ofrece vistas espectaculares y una ventana al pasado de Ronda.