El x'men explica que fue su padre, quien se dedicaba a curar a las personas con hierbas medicinales, quien le enseñó el ritual hace 40 años, cuando él tenía 42 años.

"Ahora tengo 82 años y es un gran honor poder continuar con nuestras creencias y tradiciones, y ayudando a todos aquellos que lo necesitan", comenta.

Para poder celebrar la ceremonia del Ch´a Chaak -explica- se debe tener un altar de forma cuadrada, fabricada con bejuco y cubierta por un mantel de hojas de jabín.

Cada esquina de la mesa representa los cuatro puntos cardinales: Oriente, Norte, Sur y Poniente.

Sobre la mesa se colocan una jícara con pozole, una veladora y masa para los Yumziles, que son los dioses mayas del monte invocados para atraer la lluvia.

A lo largo del altar se colocan nueve jícaras llenas de pozole y cuatro más sostenidas por un bejuco en cada uno de los puntos cardinales. En total son 13 jícaras y dos más para los aluxes que, según la creencia, también participan en la ceremonia.

Durante la misma, que por lo general dura ocho horas, se ofrece vino sagrado (balché) a los dioses, se pronuncian varias oraciones en maya y se ofrecen en sacrificio ocho gallinas, que posteriormente se preparan en pib y se ofrecen en el altar.

Piedras sagradas

Un elemento importante durante el ritual son las piedras sagradas, pues se cree que son las que le otorgan el poder a la ceremonia.

"Son piedras de vidrio que no cualquiera tiene, que los dioses del monte y los aluxes respetan. Estas piedras las pongo en medio del altar porque tienen el poder de alejar a los malos vientos y acompañados con rezos y sacrificios", dice el x'men.

Durante el ritual se recorren los puntos cardinales del cenote, se espera a que el pib esté listo y se ofrece. "Es importante que todos los asistentes a la ceremonia se quedan hasta el final, de lo contrario podrían cargar un mal aire"